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PREÁMBULO: La razones de mi predilección de estos autores |
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PRIMERA PARTE |
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“Modernidad” y “laicismo” en la Retórica de Aristóteles. |
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La reducción a arma de conservación del pensamiento de Aristóteles y, finalmente, en el siglo XX, el redescubrimiento de la retórica clásica. |
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Chaïm Perelman y la actualización de la retórica aristotélica en el marco de la esperanza de un resurgimiento democrático. |
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Algunos detalles sobre las sinopsis de las dos obras. |
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SEGUNDA PARTE: SINOPSIS DE LA RETÓRICA DE ARISTÓTELES |
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Definición de la retórica. |
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Los protagonistas del discurso |
a. El orador.
b. Los oyentes: exploración psicológica. |
Tipos de discurso, públicos y fundamentos | a. Discursos que aspiran a determinar una decisión y discursos que no tienen propósitos prácticos. |
Estructuras profundas de los discursos |
a. Inducción y deducción.
b. Ejemplos de varios tipos.
c. Entimemas, sentencias y tópicos. |
TERCERA PARTE: SINOPSIS DEL TRATADO DE LA ARGUMENTACIÓN DE PERELMAN Y DE OLBRECHTS-TYTECA |
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Premisa de los autores y partes del Tratado |
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Los marcos de la argumentación |
a-Demostración y argumentación.
b- Las diferentes audiencias.
c- Argumentación, violencia y compromiso. |
La base de la argumentación |
a- Hechos, verdades y valores.
b- Lugares comunes y conexiones mentales. |
Las técnicas de la argumentación |
a.La clasificación de los argumentos por Perelman y Olbrechts-Tyeca
b. Asociación y disociación y argumentos casi lógicos.
c. Contradicción, incompatibilidad, tautología, relación causa-efecto.
d. Ejemplos, ilustraciones, modelos. |
CONCLUSIÓN: IDEAS PARA UN PROYECTO DIDÁCTICO |
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Teoría y práctica: lecciones magistrales y
ejercicios
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Entre la teoría y la práctica: elección de un método
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Oyentes y base de la argumentación
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Incompatibilidad, compatibilidad, tesis simple y tesis compleja
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Tautología
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Ejemplos
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Ejercicios y calificación de los alumnos
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BIBLIOGRAFÍA ESENCIAL
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... la retórica es una combinación de ciencia analítica y de costumbres, y es semejante en algunos aspectos a la dialéctica y, en otros, a los razonamientos sofísticos. (Aristóteles, Retórica. Libro I, cáp. 4)
Al igual que el escéptico, el fanático es víctima de la verdad última, definitiva, que no puede ser revisada una vez asumida: la diferencia entre el uno y el otro es que el primero cree que la posee, el segundo está convencido de que esta posesión es una ilusión.
(De Norberto Bobbio: Introducción al Tratado de la argumentación, de Perelman y Olbrechts-Tyteca)
PREÁMBULO
En el pasado he usado, en la enseñanza, muchos conceptos sacados de la Retórica de Aristóteles y del Tratado de Argumentación de Chaïm Perelman y de A. Olbrechts-Tyteca.
Sin duda, mi extraña doble condición actual (la de persona con una larga experiencia en la enseñanza y la de alumna de cierta edad que vive un sistema universitario bastante distinto del de su país) me impulsa a volver a estos autores de manera sistemática.
Además, pienso que el divorcio entre la política (utilizo este término en un sentido amplio y noble: hay muchas veces nobleza en la política) y el discurso estructurado ha contribuido al actual desastre de mi país. La sustitución de la pasión por el intercambio de ideas e incluso las “civilizadas peleas” - “l'onesto e il retto/Conversar cittadino” -, por los eslóganes, las imágenes contundentes, las definiciones vulgares, ha cambiado, me parece, casi en sentido antropológico, a la mayoría de los italianos. En España, los políticos – se pueden criticar cuanto se quiere, pero esto se tendría que reconocer – tienen espacios para expresarse sin exasperación. En Italia, hasta los programas de televisión tienen el format de luchas gladiatoras, que corta cada posibilidad de discurso racional.
Es esta, quizás, una de las razones “desesperadas” de mi pasión por la “ciencia del discurso”.
Sin duda, mi elección de Aristóteles y Perelman como autores privilegiados no pretende ser objetiva ni neutral. Por el contrario, se basa, además en un agnosticismo radical que rechaza como acto de una fe imposible incluso el ateísmo. Naturalmente, no es esta la posición de todos los interlocutores con los que he mantenido y mantengo un intercambio de ideas, pero, por lo que a mí respecta, me hace percibir la fragilidad, la incertidumbre y al mismo tiempo la necesidad de la comunicación humana como lo único capaz de construir una convivencia aceptable y lo menos dolorosa posible entre las personas.
Mi trabajo está dividido en tres partes: en la primera, presentaré lo que, a mi parecer, son los puntos fuertes de la Retorica aristotélica y del Tratado de la argumentación; en la segunda y en la tercera proporcionaré las sinopsis de ambas obras; en la cuarta, propondré no un verdadero proyecto educativo, sino algunas ideas para un proyecto escolar, apoyándome también en mi punto de vista de alumna de una cierta edad.
PRIMERA PARTE
“Modernidad” y “laicismo” de la Retórica de Aristóteles
Me parece que el filósofo estagirita, a quien valoro mucho (no se puede entender el complejo universo de Dante Alighieri sin hacer referencia al de Aristóteles) aunque en el marco de un sistema filosófico con una fundamental e inevitable vertiente metafísica, ha descrito un universo físico y un mundo humano de extraordinaria riqueza, con miles de articulaciones y colores, con escalas que conducen a planos diferentes. Sin duda - es casi superfluo subrayarlo - con aspectos inaceptables para nosotros. De todos modos, el mundo aristotélico era vasto y variado. Por el contrario, imagino el mundo de Platón y, en especial, de los que se han entregado al platonismo con diferentes matices (con la excepción del pensamiento de muchos autores del Humanismo y del Renacimiento), como una dualidad, un contraste contundente entre el blanco y el negro.
La retórica, es decir la “ciencia del discurso humano”, del discurso que habla “de” y “en” las relaciones humanas, era considerada por Platón algo digno sólo si coincidía con la dialéctica, a su vez encaminada a la búsqueda de la verdad absoluta. Quizás, los latinos, pese a su eclecticismo, en el fondo han sido más platónicos que aristotélicos.
En la variedad, en la tensión hacia el realismo, en la riqueza del pensamiento de Aristóteles, se inserta su reflexión mucho más problemática y viva sobre la comunicación y el lenguaje humano.