"...subito comprai due cavalli, di cui uno d'Andalusia della razza dei certosini di Xerez, stupendo animale, castagno d'oro; l'altro un hacha cordovese, più piccolo, ma eccellente, e spiritosissimo."

(Vittorio Alfieri, La Vita scritta da esso - 1790, 1803)

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Naturalmente nessuna analogia fra me e Vittorio Alfieri. Riporto le sue parole perché mi sarebbe piaciuto vivere in Andalusia quando ci venne lui.

domenica 24 giugno 2012

PASEO, INCLUSO UN POCO ARBITRARIO, ENTRE LITERATURAS N.1 <> EL LIBRO DEL BROCADO DEL PERIODO ABASÍ


PASEO, INCLUSO UN POCO ARBITRARIO, ENTRE LITERATURAS N.1
EL LIBRO DEL BROCADO DEL PERIODO ABASÍ
Sumario:
a. El porqué de la palabra “brocado” en el título.
b. Breves anotaciones sobre el contexto y el autor.
c. El libro del brocado, su composición, informaciones escasas sobre su autor; la “torre de marfil”.
d. El tema amoroso en El libro del Brocado, con referencias breves a movimientos europeos posteriores y, específicamente, italianos, a la poesía cortés de tiempos posteriores
e. Otros temas de El Libro del brocado, imágenes vívidas de la sociedad abasí de principios del siglo X.

Para explicar el sentido de la palabra “brocado” en el título, me limito a mostrar la definición que de este término se encuentra en el DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA RAE:

brocado, da.

(Del it. broccato, y este de brocco).
1. adj. ant. Dicho de una tela: Entretejida con oro o plata.
2. m. Guadamecí dorado o plateado.
3. m. Tela de seda entretejida con oro o plata, de modo que el metal forme en la cara superior flores o dibujos briscados.
4. m. Tejido fuerte, todo de seda, con dibujos de distinto color que el fondo.

Evidentemente, este tejido precioso, que se utilizaba para la ropa, las cortinas, las tapicerías, es una metáfora de la vida de las clases altas en Bagdad del siglo IX.





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El contexto y el autor
La época en que vivió al-Wassa, el autor de El Libro del Brocado, estuvo marcada por acontecimientos traumáticos: anarquía militar, luchas civiles, enfrentamientos entre las distintas regiones del vasto imperio abasí, rebeliones, conflictos religiosos.
Después del asesinato del califa al-Mutawakikil (861), se sucedieron, en menos de una década, cuatro califas, cada uno apoyado por una parte del inmenso ejército y depuesto y a la vez asesinado por otra parte.
En 868 se produjo también el levantamiento de los zanŷ, esclavos negros que llegaron a dominar durante más de 15 años el Sur de Irak y parte de la Persia; y en la misma época continuó la tendencia a la independización de las otras provincias.
El califa al-Mu'tamid devolvió la capital de Samarra a Bagdad, pero no resolvió los problemas de fraccionamiento del califato ni los conflictos sucesorios.
Esta época estuvo también marcada por la presencias de las ramas del chiismo y del jarigismo y la amenaza de los qarmatas, que atacaron la parte más cercana al corazón del imperio y llegaron a saquear Basora, antes de retirarse a la zona del actual Bahrein...
En Al-Andalus, en 929, se constituyó un califato omeya.
Al-Wassa, cuya fecha de nacimiento se sitúa aproximadamente en torno al año del asesinato del califa al-Mutawakikil, y la de la muerte al rededor de 936, fue gramático en la escuela que nació en Bagdad a partir de la confluencia de las dos escuelas gramaticales, de Basora y de Kufa. No se conoce casi nada de sus datos biográficos y sobre su propio nombre hay incertidumbre y contradicciones. Pese a ello, se le atribuyen muchas obras, la mayoría perdidas, algunas gramaticales, aunque este autor no fue considerado importante como gramático. Sin embargo se han trasmitido listas de los títulos de sus escritos, en total 27.

El Libro del Brocado en árabe lleva el subtítulo az-zarf wa-z-zarafa’, la elegancia y los elegantes: es un tratado sobre la elegancia (zarf) y las costumbres de los elegantes (zarafa’). Al-Wassa parece escribir alejado de los acontecimientos políticos y sociales de su época, de las tragedias, de las guerras y del miedo, en la clásica torre de marfil, aunque, considerando la cuestión desde el punto de vista cultural, hay que reconocer que recoge el “espíritu de su tiempo”, naturalmente en relación a la clase culturalmente hegemónica de la sociedad en que vivía.
Esto no me sorprende, porque sé bien que también el “glorioso” Renacimiento italiano se desarrolló, después de seis siglos de la época del autor de El Libro del Brocado, sobre todo en las cortes de los señores y los príncipes, a menudo mientras que al rededor y, a la vez, en el interior de estos pequeños estados se desencadenaban guerras e invasiones. Las cortes eran, a su manera, torres de marfil, pero, pese a ese aislamiento, aparente o real, los escritores, filósofos, poetas, etc. que formaron este movimiento, lograron interpretar el mundo de manera amplia y sus pensamientos se transmitieron por toda Europa.

El género de
El Libro del Brocado
El Libro del Brocado, del siglo X, se incluye en el “género”, o mejor, en el conjunto de géneros, que en árabe toma el nombre de adab. Adab es un término polisémico, que recoge múltiples significados: ta'rih al-adab al-'arabiyya es la historia de la literatura árabe. Pero la palabra adab tiene también el significado de conjunto de costumbres y de cualidades morales que se deben respetar para demonstrar sabiduría, distinción, finura. Adab tiene en definitiva el significado de actitud pedagógica, de enseñanza a los hombres que quieren distinguirse en el arte de la elegancia en relación con muchos ámbitos y muchos ejemplos.
El Libro del Brocado es un conjunto de prosa y de versos, de hadices, de citas poéticas, de elementos biográficos relacionados con poetas del pasado reciente o más antiguo. Su objetivo es el de describir y, al mismo tiempo, recomendar, los costumbres, las actitudes, las posturas intelectuales y sentimentales de los hombres que quieren ser refinados, y constituyen una aristocracia ideal, que, como explica la traductora y responsable de la edición española del libro, coincide sociológicamente con el conjunto de los hombres de la corte y de los altos funcionarios del imperio califal.
La textura del libro es discursiva y por lo tanto en prosa; en la disertación sin embargo aparece una gran cantidad de material de las tradiciones más antiguas y recientes, poéticas y también narrativas, transmitidas por escrito o sólo oralmente. El libro mencionado pone en escena una multitud de personajes que cuentan episodios ejemplares y pequeños relatos sobre los asuntos concernientes a la elegancia y a los acontecimientos de la vida de hombres ilustres.

La temática del amor cortés
La disertación sobre las temáticas relacionadas con el amor – amor y castidad, amor y muerte, fidelidad e infidelidad etc. - es fundamental en esta obra. Mi exposición se centrará especialmente en este tema, que se enlaza más que los otros con la tradición cultural europea y especialmente italiana posterior. Vuelven en estas páginas antiguos y míticos amantes y poetas de la sociedad beduina idealizada, a la que se contraponen a la vez las costumbres más desprejuiciadas y superficiales de la ciudad. Entre los amantes antiguos, cuya fama ha surgido antes en la memoria de los árabes y después se ha difundido en las regiones más alejadas del imperio islámico, encontramos a Maŷnūm y Layla, Ŷamil y Buţayna , Zuhayr y Su'ād y otros. El amor que en el Libro del brocado se considera adecuado al hombre refinado, es el 'udrí.
El hombre elegante, en el amor y en general en las relaciones con su entorno, debe demonstrar que posee estas características: dominio de sí mismo, sinceridad al hablar, pudor, generosidad, castidad, capacidad de ocultar secretos, fidelidad, templanza. A la castidad se vincula la sublimación del deseo frustrado, de la renuncia. El amor, aunque provoca casi siempre dolor y hasta la muerte, es la parte más preciosa de la vida, de la que no se debe renegar.

En algunos de estos “valores” podemos fácilmente reconocer algo que se transmitirá a lo largo de los siglos por distintas zonas de Europa, sobre todo en Provenza y que hará amplios recorridos en Italia: la preciosidad de las penas de amor1, la castidad en el verdadero amor (la relación “carnal” está considerada casi siempre antitética al “verdadero amor”, que es espiritual, aunque no falto del deseo de cercanía de la mujer amada2); el tema del secreto de amor y de la capacidad de guardarlo, que, con transformaciones, permanecerá a lo largo de los siglos en la literatura europea, a través de los poetas provenzales, los poetas de la Escuela Siciliana, el Dolce Stil Nuovo, Dante, Petrarca, hasta el Renacimiento...

Otro tema importante es la afirmación de la existencia de una aristocracia restringida que conoce el verdadero amor por saber pensarlo y vivirlo. También esta idea viajará durante siglos, aunque matizada de manera distinta, con respecto a ambientes distintos: el de las cortes imperiales (¡no solo la de Bagdad! También de la corte siciliana del emperador Federico II de Hohenstaufen), o de las cortes feudales o de la aristocracia intelectual, ya burguesa, de los “burgueses” italianos, culturalmente “aristocratas”, etc..
Un aspecto seguramente distinto de lo que ocurrirá en las escuelas poéticas de caracterización cortés posteriores es la concepción de la mujer amada, que no aparece en El libro del brocado, superior al hombre. Pero aquí puede compartir la nobleza del sentimiento de amor con el amante o ser ella misma amante dotada de capacidad de amor sublime muriendo muchas veces con su amado.

De todos modos, en este libro no faltan contradicciones, que en parte dan vitalidad al discurso sobre el amor, que por su naturaleza es un tema de gran complejidad y variedad y que esconde en sí mismo el contraste y la volubilidad de sentimientos y de ideas. En parte, sin embargo, hace pensar casi en una estratificación de escrituras y de experiencias intelectuales, no elaboradas con el objetivo de alcanzar una plena unidad de pensamiento.

Por ejemplo, el autor abarca el tema del amor hacia las esclavas con posturas distintas y a la vez con posiciones hasta conflictivas entre sí. En el capítulo XX es central el tema de la desconfianza hacia el amor de las esclavas y cantoras que son descritas como falsas y capaces de arruinar al hombre libre con su codicia y maldad. El espacio que ocupa este tema en el libro nos hace intuir cuán grande tendría que ser la importancia y la peligrosa fascinación de estas cantoras en la corte y en las casas de los señores de esta época. Como ejemplo y testimonio del peligro que constituyen estas mujeres para los hombres y de su mala conducta, el autor del Libro aporta versos de Imru `l -Qays, de al-Farazdaq y de otros.
En pasajes de otros capítulos del libro, sin embargo, comparecen esclavas verdaderamente enamoradas, que mueren a causa de su pasión como les pasa a los hombres de nobles sentimientos.
Otro tema controvertido es el de la fidelidad de las mujeres. Un capítulo entero habla de este tema, con ejemplos de infidelidad y menos de fidelidad. Se dice, con el apoyo de ejemplos de mujeres que se han casado una y otra vez después de la muerte de sus esposos, que la débil naturaleza femenina es incapaz de tener fidelidad y constancia, pues la mujer no aparece casi nunca como el ser superior de Francia feudal o de la Italia de los plebeyos del Dolce Sti Nuovo y de Dante 3.

Come es sabido, los capítulos de esta obra que hablan de amor están considerados casi una preparación para El collar de la paloma de Ibn Hazm (1022), que ilustra hablando en primera persona las treinta características del amor, y con el que se conectarán el De amore de André Le Chapelain, y la Vita Nuova de Dante.

Otros temas de El Libro del Brocado
Además del discurso amoroso, El Libro del Brocado trata de otros aspectos de especial interés. En uno de los primeros capítulos, habla de la amistad, tema que tiene una larga historia también en las literaturas clásicas: con respecto a este ámbito de las relaciones humanas, el escritor recomienda sobre todo la moderación, valor central de la tradición ética aristotélica fundada en el “justo medio”.

El Capítulo XXII, de manera, quizás sólo aparentemente contradictoria con las “teorías” y las experiencias de noble pasión de las que el autor ha hablado antes, recomienda al hombre refinado que no se deje enredar en las pasiones. Hay en estas páginas estrofas y fragmentos de composiciones poéticas, algunos otra vez de míticos poetas beduinos, en que se describen de manera viva y sutil los diferentes estados de ánimo, las ilusiones y las decepciones del hombre interiormente noble, traicionado y abandonado.

Los capítulos siguientes, desde el XXIII hasta el LIV (algunos de ellos muy breves), a excepción de dos, que vuelven detallar las relaciones de amor, hablan de aspectos en apariencia más externos de la vida de los hombres elegantes, que nos dan imágenes vívidas de las relaciones sociales y de los costumbres en ese tiempo de esplendor, pese a las guerras y a los conflictos. Hablan de los vestidos, de sus colores y tejidos; de los calzados, de su forma y de los materiales con que se hacen; de perfumes preciosos; de regalos que es oportuno hacer o evitar; de la comida de los elegantes. Habla de la manzana y de cómo se puede adornar para convertirla en mensajera de amor; de mondadientes, que se deben hacer con madera preciosa; de la rosa y de su valor simbólico para los amantes. Habla, sobre todo, de versos que se escriben en muchos objetos: en cintas, en los anillos de sello, en las mangas, en las orlas de las túnicas, sobre todo tipo de instrumentos musicales, en las monedas, en los cálamos, en los encabezamientos e las cartas, y al pié de las mismas cartas4 . Es impresionante darse cuenta del papel central que la escritura, los bonitos caracteres árabes, que seguramente en esta época han tomado su forma definitiva, ocupa incluso en los aspectos exteriores y frívolos de la vida.

BIBLIOGRAFÍA

Al-Waššā': El Libro del Brocado. Trad., Estudio e Índices de Teresa Garulo. Título original: Al Kitab de Muwaššā. Madrid: Alfaguara, 1990.

Ma Jesús Hubieran Mata: Historia de la literatura árabe clásica. Alicante 1999. Publicaciones de la Universidad de Alicante

Francesco Gabrieli: Letteratura araba. Firenze 1967. Edizioni Accademia-Sansoni

Daniela Amaldi:
Storia della letteratura araba classica. Bologna 2004. Zanichelli editore
Leonardo Capezzone (Università di Roma): “Intorno alla rimozione delle fonti arabe dalla storia della cultura medievale europea, e sul silenzio di Dante”. Véase el enlace http://uniroma1.academia.edu/leonardocapezzone/Papers/913442/Intorno_alla_rimozione_delle_fonti_arabe_dalla_storia_della_cultura_medievale_europea_e_sul_silenzio_di_Dante


1En esto es la mayor novedad en comparación con la poesía clásica, griega y latina. En la sensibilidad de los poetas clásicos – pese a la presencia del platonismo, en sus diferentes formas y matices, en la conciencia de muchos intelectuales, sobre todo latinos – no hay esta oposición entre el amor espiritual y el amor carnal. No solo esto, sino además las penas de amor son un mal. No hay traza de sublimación del deseo in absentia del objeto de amor. Para comprobar todo esto, es suficiente citar a Medea, a Dido, a algunos poemas muy intensos de Catullo, en que él define el dolor del deseo desesperado “morbum”. El mismo Ovidio proporciona una imagen del amor como seducción y hasta “caza”, no seguramente de naturaleza espiritual. Además falta casi siempre, tanto en los poetas clásicos latinos y griegos cuanto en los poetas medievales de la “sublimación”, una conexión entre amor en el sentido alto y procreación: se trata de dos ámbitos de la vida que permanecerán separados hasta la literatura de los últimos dos siglos.

2En el libro se muestra un diálogo entre un hombre de la sociedad “moderna” y un beduino. “Acerca de Estos hay una anécdota que refiere a al-Asma'ī estas palabras: Una vez le pregunté a un beduino: ¿Qué es el amor entre vosotros? Contestó: Dirigirse mirada tras mirada, e incluso darse beso tras beso, eso es llegar al paraíso. Le dije entonce: El amor entre nosotros no es así. El beduino preguntó: ¿Como es, pues, entre vosotros? Respondí: Separas las piernas de la mujer y te pone sobre ella. Él exclamó: Por vida mía esto no es estar enamorado, sino querer un hijo.” (El Libro del Brocado, cit., p. 123).

3El problema de la fieldad de la mujer en general no se plantea en los movimientos poéticos posteriores de Europa, como no se plantea la relación entre amor y matrimonio, muy presente en la poesía beduina y en los amores de los que se habla en El libro del brocado. La mujer de los movimientos poéticos posteriores que celebran el amor cortés no es doncella, sino casada. Pero esto no supone un obstáculo para el poeta, aunque cristiano, en volcase en ella con su amor espiritual y sublimado.

4Este uso se queda en la literatura italiana de la Edad Media, desde los poetas de la Escuela Siciliana, pasando por el Stil Nuovo, hasta Petrarca... En italiano se llama congedo, se encuentra sobre todo, aunque no exclusivamente, al final de composiciones que tienen la forma métrica de la canción, y aparece hasta en poemas del siglo XX-

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