"...subito comprai due cavalli, di cui uno d'Andalusia della razza dei certosini di Xerez, stupendo animale, castagno d'oro; l'altro un hacha cordovese, più piccolo, ma eccellente, e spiritosissimo."

(Vittorio Alfieri, La Vita scritta da esso - 1790, 1803)

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Naturalmente nessuna analogia fra me e Vittorio Alfieri. Riporto le sue parole perché mi sarebbe piaciuto vivere in Andalusia quando ci venne lui.

lunedì 10 settembre 2012

PASEO, INCLUSO UN POCO ARBITRARIO, ENTRE LITERATURAS N.3 <> POESIA DE LA FELICIDAD


Nizār Qabbānī: Tu amor



Poemas seleccionados y traducidos por Pedro Martínez Montávez. Prólogo de Joaquín Benito de Lucas. Madrid 1987. Editorial CantAbria

1. Quién es
2. Poesía de la felicidad
3. Algunos ejes temáticos y temas particularmente interesantes
4. El sentido político de la poesía de amor de Qabbānī
5. El compromiso político explícito después de la Guerra de los Seis Días

* * *
1. Quién es

Nizār Qabbānī (Damasco, 1923 - Londres, 1998), nació en una familia de la pequeña clase media siria. Cuando él tenía quince años, su hermana se suicidó porque los padres la forzaban a casarse con un hombre que ella rechazaba. Este doloroso episodio marcó, probablemente, la vida y el pensamiento del escritor.
Estudió Derecho, como casi todos los intelectuales árabes de su tiempo, y luego ingresó en el cuerpo diplomático y vivió en El Cairo, Turquía, Inglaterra, China y España. En 1966 se estableció en el Líbano, donde fundó su propia editorial. Entre sus obras, hay un diván que lleva como título
Mi amada.
Sus divanes, hasta 1967, hicieron hincapié en el tema del amor. Sin embargo, después de la derrota árabe en la Guerra de los Seis Días, Qabbānī se dedicó también de manera explícita a una poesía más comprometida políticamente.
Fue muy conocido y apreciado y también se publicaron en prensa sus escritos autobiográficos.
Cuando, en 1975, estalló la guerra civil libanesa, Qabbānī se trasladó a Europa y vivió hasta su muerte en distintas capitales árabes y europeas.
Escribió también ensayos y reflexiones sobre la actividad literaria y la literatura.

2. Poesía de la felicidad

El lenguaje verbal, sobre todo escrito – por eso no acompañado por expresiones de la cara, movimientos de cuerpo, tono de la voz...- tiene, por su naturaleza, la actitud de analizar acontecimientos y estados de ánimo, más que de expresar algo global, siendo el único lenguaje que puede afirmar, matizar, negar, poner en cuestión etc. un asunto, una afirmación o una tesis: pues, tiene un alto grado de abstracción.
Sin embargo, la condición de felicidad nos aparece como algo macizo, que une en un cuerpo único los sentidos y el pensamiento, y que, en general, no se puede descomponer, matizar y no induce a hacer preguntas profundas. Por eso es más fácil que celebren la felicidad la música y la pintura, “lenguajes” que activan inmediatamente, de manera global, los sentidos y el pensamiento, que la escritura, que la mayoría de las veces está conectada con el pensamiento analítico, o al menos con preguntas más o menos angustiosas.

Por eso es un pequeño milagro la colección de Nizar Qabbani, que se compone de poemas sacados de distintos divanes de este poeta, y a la que el curador y prologuista del libro ha dado como título Tu amor (el adjetivo posesivo “tu”, me parece, tiene el valor a la vez de objeto, a la vez de sujeto, a la vez, finalmente, de sujeto y de objeto que se funden).

Esta poesía habla de un amor pleno, casi sin fisuras, de manera no convencional. No se trata de un análisis del amor ni tampoco de la narración de un proceso, sino de variaciones sobre el tema de la felicidad que se prolonga sin aburrir. Variaciones que son juegos o bordados refinados sobre un centro, dulces provocaciones, a menudo ligeramente punzantes, y no intentos de análisis de la condición humana o de la pasión amorosa.

Los poemas de Nizār Qabbānī no usan la métrica solemne de la más antigua poesía árabe, sino una forma mucho más ligera1. Cada uno de ellos está formado por una o más estrofas y cada estrofa por versos bastante breves, muy diferentes de los más amplios de la gloriosa casida. Esta métrica, ágil y nueva (?) en la poesía árabe (no sé, en el caso específico, si tiene relación con la poesía de los innovadores de la época abbasí) expresa con ductilidad momentos y escenas de amor de diferente duración, hasta instantes fulgentes, o, por el contrario, experiencias que parecen o se desean eternas: fugacidad y eternidad son las dos caras del enamoramiento.
Las figuras retóricas, sobre todo la metáfora, la personificación, la similitud, inéditas, osadas, impregnan el discurso poético entero y afectan a los sentidos y a la mente del lector. No se trata de un uso ennoblecedor del los recursos retóricos y tampoco de la celebración simbolista de las misteriosas conexiones que se supone existan entre la naturaleza y los seres humanos, sino de relaciones entre realidades distintas que el poeta establece con una alegría que celebra la fiesta de los sentidos, una ironía divertida que nunca se hace sarcasmo, sino está teñida de estupefacción, ternura y deseo. No hay en estos versos un halo simbolista, sino una forma, seguramente extraña y refinada, de realismo, incluso en las metáforas más osadas. La vitalidad materialista de estos versos apaga halos y deseos casi místicos de alcanzar el centro del misterio que se escapa continuamente.

3. Algunos ejes temáticos y temas particularmente interesantes

Organizo mi interpretación de estos poemas en base a los ejes temáticos que me parecen más significativos.

A)- Me llama la atención la dialéctica entre libertinaje y amor absoluto y exclusivo, que se acompaña a la vez a la relación entre la mujer y el pez (en esta colección, lírica 5, 14, 28 y 34). La lírica 4 es una especie de madrigal, un cuarteto en el que el descubrimiento del amor absoluto por el poeta es un nuevo comienzo de la vida (¿Le creemos?).
En las demás, el pez es el ser en el que el poeta encuentra características - no siempre las mismas - del la mujer. En el poema 14 la mujer es
 
Rápida en el amor como los peces,
cobarde en el amor como los peces...

La mujer-pez es, por lo tanto, un ser que seduce con su brillo y se escapa. Seguramente a las mujeres conformistas y demasiado serias esta representación de sí mismas no les gustaría. Se trata de la celebración del juego eterno del amor, sin quejas escondidas y sin patetismo. En este caso el adjetivo “tu” del título de la colección adquiere también el valor de sujeto.

La metáfora del pez se encuentra otra vez en el poema 28, que usa, en su comienzo, un tono de lírica cortés:
Soy, Señora, tu mar.


Se expresa en estos versos una alegre megalomanía: el poeta coincide con el mar, la mujer con un instrumento casi omnipotente, un gran puñal, capaz de traspasar a la persona del poeta/mar, el navío y hasta el horizonte. Un pez terrible y fascinante que imaginamos frío, como son todos los peces, veloz y hasta cruel o inconsciente de las heridas que provoca.

El poema 34 es rico en colores y en movimientos, y está construido sobre un audaz recorrido del pensamiento analógico: niñez- corazón como recipiente (evocación maliciosa, tal vez, de una concepción arcaica, aristotélica, de la fisiología humana), mujeres- peces rojos y verdes (colores que evocan la vida, la sangre, la vegetación) y, al final, el pez-princesa que echa a todos los demás.

B)- En la lírica 2 vuelve el antiquísimo tema del secreto de amor. Lo he encontrado en la poesía abasí, en los Provenzales, en el Dolce Stil Nuovo, en Petrarca y en otros poetas.
En Petrarca, poeta italiano del siglo XIV, el motivo del amor que no se puede esconder, se encuentra en un famoso soneto, que recuerda de manera sorprendente, aunque no en el tono general, esta poesía de Nizār Qabbānī.
Para Petrarca y Qabbānī, es imposible defender el secreto del amor que se manifiesta, contra la voluntad del amante, en la expresión de la cara, en lo que dice y hace, hasta en la escritura.
Petrarca non sabe encontrar una defensa que mantenga protegido su amor hacia Laura, y se expresa de manera muy patética (¡Este poeta llora continuamente por él mismo!):

No sé hallar más defensa ni resguardo
del claro darse cuenta de la gente,
porque en el comportarme tristemente
desde fuera se ve que por dentro ardo...2

Nizār Qabbānī expresa el mismo concepto, pero con vitalidad, sensualidad, alegría, en versos llenos de agua – el agua, en que se puede encontrar incluso una intensa alusión al amor físico, es un elemento casi omnipresente en su poesía bajo la forma del mar, de la lluvia, de las lágrimas, del agua en la que nadan los peces rojos y verdes...:

No les hablé de ti, pero notaron
cómo te lavas tú en mi pupilas.
No les hablé de ti, mas te leyeron
en mi tinta y en todas mis cuartillas.
No puede la fragancia del amor,
al durazno, quitarle el mediodía.3


C) - El tema del “milagro” que lleva la mujer, con su beldad, comparece en el poema 16: 
Desnúdate... Desnúdate...
Desde hace mucho tiempo
no ocurren milagros en la tierra.
Desnúdate... Desnúdate...
Yo me he quedado mudo.
Tu cuerpo sabe ya todas las lenguas.
Son impresionantes, para mí, dos coincidencias, quizá, casuales, con un soneto de Dante Alighieri: la aparición de la mujer amada que pasa en la tierra “a miracol mostrare”4, y la imposibilidad, para quien la ve, de pronunciar una sola palabra, por el intenso asombro.
Naturalmente hay una diferencia abismal entre las dos situaciones: Beatrice comparece en una calle de la Florencia medieval y lleva consigo para el hombre la promesa de la salvación espiritual; la mujer de que habla Qabbānī se desnuda en un espacio privado y lleva consigo la promesa de regeneración, de vida, de placer, por supuesto una salvación igualmente resplandeciente, pero plenamente terrenal.
Es llamativo, en mi opinión, que el hilo de la antigua (¡y siempre presente!) poesía cortés, aunque en sus diferentes contextos y con distintos significados y matices, enlace varios de estos poemas, aunque a la vez únicamente con el vocativo “Señora”: en los Provenzales “Midons”, en el Stil Novo “Madonna”. Sale de todo esto una sutil ironía junta a un verdadero asombro afectuoso, una dialéctica excitante entre alejamiento y cercanía de/con la amada.

D) - Particularmente interesante y provocativa es, en otro poema brevísimo (n. 35), la referencia a la alta tradición filosófica occidental: el “Cogito, ergo sum” de Descartes se vuelve, en los versos de Qabbānī, en el “Estoy enamorado, luego existo”.

E) - Otro eje temático interesante está en las referencias a la tradición cristiana evangélica y también al Antiguo Testamento. Imágenes de la tradición bíblica entran en la experiencia personal del poeta y de la amada; se hacen cercanas, afectuosas, reducidas a una dimensión familiar por la mirada irónica y al mismo tiempo encantada y “infantil” del poeta. Se encuentra este motivo sobre todo en tres líricas de esta colección: 11, 13 y 39.
En la primera la mujer demasiado viajera, que se aleja del hombre, se convierte en lanza:

 Todavía, viajera,
desde hace diez años
sigues, como una lanza,
plantada en mi costado.

En la lírica 13, el amor feliz, personificado, anda sobre las aguas, contradiciendo las leyes de la lógica y de la física. Como se sabe, el mito del que camina sobre las aguas – se trata de uno de los milagros de Jesús - llega de los Evangelios5.
Es evidente la afectuosa ironía con la que el poeta sitúa esta relación entre la pasión de Jesús y la pasión del amante, entre el milagro de Jesús y el del amor.

En el poema 39, la noche se prolonga y el poeta envía una petición urgente de ayuda a su amada para que
 llegue lo antes posible ya que, sin su presencia, las tinieblas no se disipan. Es la situación contraria a la de Josué, en la que Dios retrasó la puesta del sol para que el guerrero pudiese realizar la victoriosa batalla contra los enemigos6; y también al episodio de la Odisea, en el que la diosa Atenea alargó el tiempo de la noche para que Ulises y Penélope pudiesen gozar del amor después de diez años de alejamiento7.

F) - El tema de la vuelta a la niñez de quien vive con plenitud la experiencia del amor es un patrón que vuelve varias veces en los poemas de Nizār Qabbānī8. Propongo tres ejemplos.

En el poema 41, en los primeros cuatro versos se expresa una visión
naíf de la creación y de la religión: 
¿Perdería algo, acaso, mi Señor,
el que ha pintado el sol como manzana,
que ha fijado los montes,
y ha hecho correr las aguas,
si un día
nos cambiara...

Me parece bellísimo el segundo verso. Me recuerda un poema de García Lorca, en el que:

Los niños comen
pan moreno y rica luna
9.
 
Hay algo más afectuoso que la representación de los astros en forma de fruta que se puede comer?

En otro poema de Qabbānī, el 51, el hombre, alejado de su amada, deja que la imaginación lo consuele haciéndole volver a la infancia, a juegos llenos de colores, barcos y aviones de papel.

El poema que hace hincapié, de manera más amplia, en la conexión entre el amor y el retorno a la infancia es “El pájaro verde”, que entra en otra colección10. El amor de la mujer es un niño rubio (representación que evoca al dios Amor propia de la tradición clásica y del Renacimiento) en diferentes posturas, incluso cansado, que vela por la noche mientras los amantes duermen.

G) - Hay pocos poemas que hablan de suspensión del amor, de aburrimiento, de algo que, al menos momentáneamente, se interrumpe. El tono es vigoroso, los objetos metafóricos son más correlativos objetivos (véase en Eliot, aunque en estos poemas de Qabbānī con significado muy distinto11) que símbolos; no hay sentimentalismo, sino estados de ánimo tan definidos que parece poderlos tocar, en estos estupendos versos (30): 
Dejame, te lo ruego,
que me tome unas largas vacaciones,
porque ya me he cansado
de este estar en no-amor,
de este estar en no-goce.
De este piso amueblado
donde los sentimientos se me ponen
cuadrados como muros, los deseos
como estrechos o largos corredores.
Y en donde ya,
tan bajas como el techo
están las ambiciones.

Interesante, sobra el tema del cansancio, también el poema 9, en que el aburrimiento en el amor es similar a el de un niño y, en el final envuelve todo, la misma palabra poética:

Ocurre que me canso de mis propias palabras,
de mis hojas, mis libros.
Ocurre que me canso
de mi cansancio mismo.

H)- En el precedente ejemplo la poesía habla de la poesía: son metapoesía también los últimos versos del poema 31, una despedida que recuerda otra vez a la poesía cortés: el poeta ofrece a la amada su muerte en forma de poema. Y al final, la sonrisa:

En forma de poema
yo te ofrendo mi muerte:
¿Qué estoy cantando, dí,
acaso piensas?

Es decir: ¿piensas que mi discurso sobre la muerte es sólo poesía, canto? La respuesta es sin duda un sí: en estos poemas el dolor y hasta la muerte son algo vital, que se evoca sin el sentido de verdadera tragedia, que forma parte del juego amoroso y a la vez es incluso poético.

I) - Se podrían encontrar otros temas interesantes, en esta colección, y nuevos hilos que conectan distintos poemas: por ejemplo la omnipresencia del amor (42), la relación entre la amada, el universo y el cometa y los angelitos pintados en una iglesia cristiana (25); la evocación de la Navidad cristiana como fiesta de los niños con los que el poeta se identifica (24)...

Los temas son muchos y varios. Me parece sin embargo que el discurso que he llevado a cabo hasta ahora es suficiente para evidenciar las principales características, lo más extraño, atractivo e interesante de la poesía de Qabbānī, su postura hacia la vida; y su juego irónico, divertido, y al mismo tiempo intenso, con “nobles” tradiciones culturales y poéticas. La ironía y la vitalidad impiden de antemano cualquier presunción de ponerse como poeta vate, cualquier tentación de hacerse refinado esteta, como se usaba en su tiempo y se usa todavía.

4. El sentido político de la poesía de amor de Qabbānī

Este discurso amoroso que parece situarse fuera del tiempo no es, sin embargo, neutral en relación al entorno concreto en el que vivió el poeta hasta su traslado a Europa. La mujer/ las mujeres que aparece/ aparecen en los versos de Nizār Qabbānī están en un plano de paridad en relación al hombre; y el canto que celebra una sensualidad alegre, sin tragedia, sin sentido de culpa, sin reticencias, suena a ruptura de un orden fundado en la hipocresía, en la represión y en la sumisión de la mujer. Se trata de un discurso amoroso radicalmente laico y terrenal, que no necesita declaraciones programáticas y polémicas en versos: es así casi por su “naturaleza”, por su necesidad.
A un entrevistador que un día le preguntó si era revolucionario, el poeta le contestó así:
El amor en el mundo árabe es un prisionero y quiero liberarlo. Quiero liberar el alma árabe, sus sentidos y su cuerpo con mi poesía12

5. El compromiso político explícito después de la Guerra de los Seis Días
Como he dicho anteriormente, la poesía amorosa de Nizār Qabbānī tiene, en sentido amplio, un significado político y se conecta con las obra y la postura de otros intelectuales (de Tawfiq al Hakkim sobre todo, pero también de la poetisa Nazik al Mala'ika y de distintos autores de poesía, de narrativa, de ensayo), criticando profundamente la discriminación de la mujer y una moral sexual fanática y estrecha.

Después de la Guerra de los Seis Días, el compromiso político de este autor se hizo explícito, pero la postura de Qabbānī fue también en este caso provocadora, diferente de la de la mayoría de los escritores que expresaban dolor y llanto por el desastre que afectó a los países árabes, derrotados. En sus impresionantes Apuntes en el cuaderno de la derrota, el poeta se nos revela ferozmente crítico hacia su mundo, incluso hacia la tradición cultural, poética, musical más noble de los árabes.

En otro poema bastante largo del mismo periodo, los acusa de regodearse en las glorias del pasado, de buscar consuelo en la retórica decadente de una tradición gloriosa, de ser crédulos por conformismo, además de pasivos y mentalmente perezosos
13.Uno de sus blancos en esta larga composición es la luna, que fue reina de las metáforas en la poesía antigua:

Cuando la luna sale por Oriente
y los tejados blancos dormitan
bajo un montón de flores,
la gente cierra la tiendas y en grupo
se dirige al encuentro de la luna...
a la cima de la montaña lleva consigo el pan, la radio y el hachís,

vende... compra ... fantasía.
[…]

En las noches orientales ,
cuando hay luna llena,
Oriente se despoja de todo honor
y vigor,
y los millones que corren descalzos,
que creen en las cuatro esposas,
y en el día del juicio,
los millones que ven el pan
sólo en sueños,
y pasan la noche en casas hechas de tos,
y nunca han visto una medicina,
ruedan como calaveras bajo la luz de la luna 14

Qabbānī escribió otras obras, que no menciono, de amor y también de compromiso civil explícito.

Hubo, en los países árabes, manifestaciones contra este poeta, que todavía no gusta al sector más integrista y fanático del mundo islámico, por su pensamiento libre, desprejuiciado y provocativo en
1Me gustaría intender mejor las diferencias métricas, no solo por como comparecen en los textos escritos, sino a través de la lectura de poemas de distintas épocas. Naturalmente, no disponiendo todavía de los medios que me permitan intender plenamente esta cuestión, me limito a indicar rasgos métricos de estos poemas por lo que puedo intender de la traducción española y de lo que dicen los estudiosos y traductores de la poesía árabe.
2 El soneto completo, el XXXV del Cancionero de Petrarca (Rerum vulgarium fragmenta), se encuentra, traducido en español, en este enlace: http://es.scribd.com/doc/26120150/Sonetos-y-Canciones-Francisco-Petrarca .
3Cito a Petrarca no para presumir de erudición, sino porque pienso que, aunque a la vez no se puede demonstrar una clara relación intertextual, temas antiguos, por misteriosas calles de tierra y de aire, se transmiten a lo largo de los siglos y forman el entorno afectivo y cultural que acompaña, modificándose parcialmente, una generación tras otra. Seguramente es difícil pensar que Qabbānī conociese a Petrarca. Sin embargo, la presencia de los mismos temas en poetas tan distantes en el tiempo y en el espacio nos dice que los sentimientos y los pensamientos humanos concernientes la vida personal caminan y se transforman mucho más lentamente  y son más pegajosos que los acontecimientos políticos y sociales. Por lo tanto, el estudio afectuoso y profundo de la literatura, incluso de los aspectos formales, es un medio fundamental de conocimiento del origen de nuestro mismo ser y de nuestras actitud y postura hacia la vida. Este es, para mí, el único motivo que me hace interesantes los distintos patrimonios literarios.
4Esto es esl soneto de Dante Alighieri: “Tanto gentil e tanto onesta pare/ la donna mia quand'ella altrui saluta,/ ch'ogne lingua deven tremando muta,/ e li occhi no l'ardiscon di guardare.
Ella si va, sentendosi laudare,/ benignamente d'umilta' vestuta;/e par che sia una cosa venuta
da cielo in terra a miracol mostrare.
Mostrasi si' piacente a chi la mira,/ che da' per li occhi una dolcezza al core, /che 'ntender non la puo' chi no la prova;
e par che de la sua labbia si mova /uno spirito soave pien d'amore, /che va dicendo a l'anima: Sospira”.
(Dante Alighieri en Vita Nova)

5Vuelve en tres evangelios. Menciono el de Marco: 6, 4, 52. El poeta italiano Giuseppe Ungaretti (1888 – 1970) fue bastante conocido por los escritores árabes de su tiempo. En su poema en versos libres, I fiumi , del 1916 (véase el enlace http://www.italialibri.net/opere/fiumi.html) el yo poético camina sobre las aguas; comparece en esta composición también el personaje del beduino. Ungaretti, que había nacido y pasado su niñez en Alejandria de Egipto, tradujo en italiano el poema dedicado al Nilo de Sawqi.
6Biblia, Josué, 10,13: “Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero”.
7
éase Odisea, Canto XXIII, 231 y versos siguientes: “Llorando los hallara Eos de rosáceos dedos, si Atenea, la deidad de ojos de lechuza, no hubiese ordenado otra cosa; alargó la noche, cuando ya tocaba a su término, y detuvo en el Océano a Eos de áureo trono no permitiéndole uncir los caballos de pies ligeros que traen la luz a los hombres”,
8 El poeta italiano que considero el más interesante entre los del siglo XIX, Giacomo Leopardi, en un complejo y largo cuento “mitológico” en prosa, Storia del gener umano, a propósito de este asunto (el personaje al que alude este pasaje es el dios Amor, eternamente niño, naturalmente mencionado en sentido metafórico): “Y como el destino lo dotó de infancia eterna, convenientemente a su naturaleza, cumple de alguna manera el primer deseo de los seres humanos, que consistió en volver a la condición de la infancia”. He traducido yo este breve pasaje en español. Este es el original, en italiano: “E siccome i fati lo dotarono di fanciullezza eterna, quindi esso, convenientemente a questa sua natura, adempie per qualche modo quel primo voto degli uomini, che fu di essere tornati alla condizione della puerizia”. Véase el enlace http://www.leopardi.it/operette_morali01.php .
9Son los últimos dos versos del poema “Agosto”. Véase el enlace http://garcialorca.wikispaces.com/Antolog%C3%ADa#AGOSTO.
10En Qabbânî, Nizâr: Poemas amorosos árabes. Trad. y prólogo de P. Martínez Montávez. Publicación Madrid: Instituto Hispano-Arabe, 1965. No puedo indicar la página de este poema, porque lo cito de memoria, porque devolví el libro a la biblioteca.
11No sé si Qabbānī conocía al poeta inglés. Lo que quiero subrayar es su distancia de la mayoría de las experiencias simbolistas del final del siglo XIX, de las posturas esteticistas que las acompañaron, del afán de descubrimiento del misterio, de una especie de misticismo laico o panteista etc... Me parece, por lo que conozco, que los poemas de Qabbānī tengan un tono más “clásico”, más “laico” y “definido”. No sé si quien conoce mejor que yo al poeta árabe pueda estar de acuerdo con esta opinión. He encontrado en internet una reflexión sintética y sencilla del correlativo objetivo de Eliot, que me parece bastante precisa, y propongo este sito italiano: http://antonioragone.blogspot.com.es/2010/06/antonio-ragone-il-correlativo-oggettivo.html
12Véase el enlace http://cantosirene.blogspot.com.es/2009/11/nizar-qabbani.html: he traducido yo la breve cita del discurso de Qabbānī que aparece en esta web italiana.
13Me parece que las acusaciones que Qabbānī dirigió a los árabes podrían hoy convertirse a los italianos y a la mala retórica (¡no toda la retórica es despreciable!) que hace hincapié en su pasado glorioso y en su antiguo patrimonio cultural y artístico. Me han interesado siempre estas posturas críticas hacia lo que hoy se llaman demasiado a menudo "propias raíces". En la tradición italiana, Dante en el lejano pasado, A. Manzoni y G.Leopardi en el siglo XIX (no llevo otros ejemplos, estos son los que más amo), tuvieron esta posición, mucho más vital y estimulante que la de quienes exaltan su origen, la nobleza de la tradición clásica etc. etc... En España, por lo que conozco, Antonio Machado tuvo una posición similar en el poema España de charanga y pandereta.
14He encontrado el texto en italiano en y lo he traducido en español. Esta es la versión italiana: “Quando a Oriente si leva la luna/ e i tetti bianchi sonnecchiano/ sotto un mucchio di fiori... /la gente chiude bottega e a gruppi va/ incontro alla luna.../in cima al monte porta il pane... la radio e l'hashish/ vende... compra... fantasia […]. Nelle notti orientali quando/la luna è piena /l'Oriente si spoglia di tutto l'onore/ e il vigore,/ e i milioni che corrono scalzi,/ che credono nelle quattro mogli,/ e nel giorno del giudizio, / i milioni che vedono il pane/ solo in sogno,/ e la notte abitano case fatte di tosse,/e mai hanno visto una medicina,/ruzzolano come cadaveri sotto la luce lunare […]”. En Poesia straniera – Araba. Dirección y Prólogo de Francesca Maria Corrao. Traductores varios. Roma 2004. Gruppo Editoriale l'Espresso.

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