1.Pérès y la fascinación que
ejerció la España árabe sobre algunos escritores e investigadores
europeos de los últimos siglos
2.Las características generales de
esta obra
3.La estructura de la obra, con
notas sobre algunos de los contenidos de los capítulos, que he
elegido según mi gusto, seguramente no sobre la base de criterios
objetivos (pues, las notas de este mi escrito, desde la n.7 en
adelante, se deben considerar ampliaciones de la exposición de los
contenidos esenciales de la obra de Pérès)
4.Conclusión del autor del libro
1. Henri Pérès y la
fascinación que el vago recuerdo de España y la poesía árabe
ejercieron sobre algunos intelectuales y escritores del pasado
El libro Esplendor de Al Andalus1,
escrito en 1937 por el historiador y arabista francés Henri Pérès2,
es un vivo testimonio del interés y de la fascinación que desde
hace tiempo las imágenes de poesía árabe y de la España
islámica empezaron a ejercer sobre investigadores e intelectuales
europeos, no españoles, entre el siglo XIX y la primera mitad del
siglo XX.
Me tomo la libertad de citar en este sentido a los pocos autores que he conocido a través del tiempo.
Me tomo la libertad de citar en este sentido a los pocos autores que he conocido a través del tiempo.
Quizás, uno de los precursores de este
interés por parte de estudiosos europeos fue el alemán Friedric Von
Schack (me atrevo a proponer esta hipótesis, pero no estoy segura de
todo lo que digo porque, naturalmente, no conozco suficientemente la
literatura crítica e historiográfica al respecto), que se quedó
aquí. La belleza de Andalucía y el aura que rodeaba su pasado ya
lejano se apoderaron del intelectual alemán, que en la segunda mitad
del siglo XIX recogió y tradujo varios poemas de los poetas de Al
Andalus. Von Schack hace continuamente referencia a Reinhart P.
Dozy, historiador holandés y orientalista del siglo XIX, nacido en
una familia francesa. Dozy, escribió su primera gran obra de los
musulmanes de España (primera edicción, 1871)3
Retrocediendo en el tiempo, se encuentra la genialidad de Johann Wolfgang von Goethe4: su interés por el otro, en sentido universal, había abierto una puerta a los primeros descubrimientos de la cultura oriental.
Retrocediendo en el tiempo, se encuentra la genialidad de Johann Wolfgang von Goethe4: su interés por el otro, en sentido universal, había abierto una puerta a los primeros descubrimientos de la cultura oriental.
Al contrario que él, el gran escritor
y poeta italiano Vittorio Alfieri, de familia de antigua nobleza,
clasicista, escritor de tragedias, de espíritu rebelde, que viajó a
Andalucía5
en las últimas décadas del siglo XVII, no tuvo la más mínima
sospecha de la gran civilización que se había desarrollado en esta
tierra a lo largo de siglos por obra de los árabes y de los pueblos
de “otra orilla”. En fin, Ugo Foscolo, el poeta italiano del
principio del siglo XIX, que había intentado poner la identidad de
una futura “nación italiana” en el patrimonio cultural de los
clásicos griegos y latinos, ostentaba desprecio hacia la “literatura
oriental”, de la cual sin duda no sabía casi nada6
Pues, se trata de una “identidad
estética”, que este poeta (y no solo él) carga de significados
éticos, políticos etc..
2. Las características generales de la obra
El libro de Pérès proporciona un amplio, complejo y multifacético panorama de la vida en al Andalus, atraviesa los acontecimientos de la historia política, de los círculos intelectuales, de los mil y un aspectos de la naturaleza de la España musulmana, de los grandes edificios que han llegado hasta nosotros o que fueron destruidos por la larga fitna, dejando huellas profundas en la memoria de los que los habían conocido y habitado. Al margen del discurso se quedan algunas consideraciones sobre la “poesía de origen popular”.
En el Prólogo, el autor pone de
relieve la novedad de su obra en relación a la tradición
historiográfica española y europea: “ El movimiento literario de
la España musulmana del siglo XI no ha sido objeto, hasta el
presente, más que de monografías de detalle o de bosquejos general,
ocupando un escaso lugar dentro del marco de la literatura árabe que
va desde la conquista hasta la caída de Granada” (ob.cit., p. 9).
El historiador declara además que se
ocupará del florecimiento literario y cultural que tuvo lugar sobre
todo en el atormentado período de Taifas, en el siglo XI, y
en parte fue apagado por la llegada de los severos almorávides.
Aparecen en este libro grandes
personalidades: entre todos, señalo a 'Ibn Arābi,
poeta sufi, que anteponía, en la educación de los jóvenes, la
lectura y la enseñanza de la poesía árabe antes que la de otras
ciencias y hasta del Corán; 'Ibn Hazm, que, además de proporcionar
la primera teoría europea del amor cortés e incluso de la pasión,
en sus escritos nos ofrece imágenes muy intensas y variadas de la
vida y de las relaciones humanas en Al Andalus; el principe Al
Mu'tamid, cruel, desdichado y poeta, cuyo versos fijan en un
recorrido ejemplar el camino de la alegría, de tristeza, de dolor y
de desesperación. Y muchos otros.
Sin embargo, Pérès ha organizado los materiales de su gran obra, incluso las numerosas traducciones de versos de poetas de al Andalus que inserta en su discurso, en torno a ejes temáticos, cuyo conjunto nos proporciona una descripción rica, colorida, compleja y apasionante de Al Andalus en un determinado periodo histórico. Por eso, sería inútil buscar en Esplendor de Al Andalus la reconstrucción y la interpretación de la historia intelectual y de la obra de poetas y escritores considerados individualmente. Las citas que el autor saca de sus escritos, sobre todo poéticos, y de los episodios de sus vidas, son útiles para construir el gran mosaico de la España árabe en la época de taifas: por eso se utilizan principalmente como fuentes históricas, aunque no faltan la alusión al valor expresivo de algunos versos. Es, sin duda, muy fascinante esta reconstrucción de Al Andalus del siglo XI mediante las palabras de los poetas que vivieron en ese contexto.
Sin embargo, si se quiere profundizar en la comprensión de autores específicos de la España islámica, es necesario recurrir a otras obras.
3. La estructura
de la obra
Me parece que la presentación del índice es la mejor ilustración de los contenidos esenciales de esta obra tan compleja.
Me parece que la presentación del índice es la mejor ilustración de los contenidos esenciales de esta obra tan compleja.
Los dos capítulos de la Introducción
proporcionan un recorrido histórico, entre la crisis definitiva del
Califato de Córdoba y la llegada de los almorávides, en el que
ocupan un papel importante las luchas fundadas en el origen “étnico”
de los clanes de poderosos y, naturalmente, en la adhesión a
religiones distintas7.
Sigue una primera parte, que
trata sobre todo de la identidad del intelectual de Al Andalus, está
formada por cinco capítulos: 1. Método de difusión de la lengua
árabe en la España musulmana8;
2. Materias y obras estudiadas en el siglo XI; 3. Oriente y
Occidente9;
4. La poesía y el poeta cortesano; 5. Temas proporcionados a los
poetas por la vida cortesana; 6. El poeta memorialista10.
La Segunda parte de la obra de
Pérès está dedicada a los temas inspirados por la naturaleza y
los paisajes que aparecen en las composiciones de los poetas de Al
Andalus del XI siglo y consta de dos grupos de capítulos. El
primer grupo trata de los temas predilectos por los poetas: 1.
Ciudades y lugares de recreo11;
2. Valles y montañas; 3. Los jardines y los huertos; 4. Aguas
estancadas y aguas corrientes12;
5. El mar y los barcos13.
El segundo grupo abarca los temas secundarios: 1. El cielo y los
fenómenos atmosféricos; 2. Los animales.
La Tercera parte del libro de
Pérès trata de “Documentos subministrados por la poesía
hispánica sobre la vida social” y abarca ocho capítulos: 1.
El mundo étnico14;
2. La vida económica; 3. La vida privada; 4. El marco de la vida
lujosa; 5. Los baños; 6. Los Juegos y los deportes; 7. La vida
guerrera; 8. La vida de placer15.
La cuarta y última parte del
libro, que lleva el título sugestivo, “La vida interior”
abarca dos capítulos: 1. La mujer y el amor16;
2. El hombre, psicología, filosofía17.
4. Conclusión del obra
En la conclusión, el autor
retoma “hilos” de su obra, profundiza en el tema de la crueldad
propia de una larga época de fitna, vuelve a la reflexión
sobre el posible origen étnico de ciertas actitudes de los hombres,
sobre la relación entre bereberes e hispanos-musulmanes.
La parte más interesante de esta
conclusión me parece que es el reconocimiento de una continuidad,
aunque en la diferencia entre contextos y actitudes, de la tradición
poética árabe. Los antiguos autores de Oriente son para los
andalusíes “clásicos” de los cuales no se puede prescindir.
Leemos, sobre este tema, un intenso
pasaje de esta parte final del libro:
Para ceñir la realidad
más de cerca, creemos poder decir que el hispano-musulmán del siglo
XI, en su poesía, se nos presenta con una curiosa mezcla de antiguo
y moderno, de clásico y de romántico, de voluptuoso y místico.
La primera de estas dos tendencias se debe a su cultura profunda y
exclusivamente árabe. Ante el espectáculo que se presenta a sus
ojos y ante el impulso de reacciones internas, su alma sensible no
llega a desembarazarse completamente ni de de los pasajes entrevistos
a través de los poetas antiguos ni de las emociones sentidas con la
lectura de la obras maestras del pasado. La memoria ejerce sobra él
un poder tiránico; incluso ante un espectáculo nuevo, incluso,
incluso bajo el impulso de una emoción personal, se acuerda de lo
que ha leído.
(H.P., ob.cit. p. 475)
Bibliografía
Henrí Pérès: Esplendor de al
Andalus. Trad. de Mercedes García Arenal. Hiperión; Madrid
1983. Primera edición en francés, Paris 1937. Librerie
d'Amerique et d'Oriente Adrian Maisonneuve
Reinhart P. Dozy: Historia de los Musulmanes de España. Madrid 1985. Turner.
Friedrich
von Schack, Poesia y arte de los árabes en España y Sicilia.
Traducción de don Juan Valera. Madrid 1988. Hiperión. Primera
edición en alemán 1867 (no conozco la editorial)
Ma Jesús Hubieran Mata: Historia de la literatura árabe clásica. Alicante 1999. Publicaciones de la Universidad de Alicante.
Francesco Gabrieli: Letteratura araba. Firenze 1967. Edizioni Accademia-Sansoni.
Ma Jesús Hubieran Mata: Historia de la literatura árabe clásica. Alicante 1999. Publicaciones de la Universidad de Alicante.
Francesco Gabrieli: Letteratura araba. Firenze 1967. Edizioni Accademia-Sansoni.
Daniela Amaldi:
Storia della letteratura araba classica.
Bologna 2004. Zanichelli editore.
Pedro Martínez Montávez: Significado y Símbolo de Al-Andalus. CantArabia; Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes; 2011.
Johann Wolfgang von
Goethe: Il Divano occidentale e
orientale (1819), a cura di Koch
L.; Porena I.; Borio F.; Milano 1997. Rizzoli.
Vittorio
Alfieri: Vita scritta da esso.
http://www.classicitaliani.it/index094.htm
Ugo Foscolo: Le Grazie (1812). Véase http://www.classicitaliani.it/index067.htm
Ugo Foscolo: Le Grazie (1812). Véase http://www.classicitaliani.it/index067.htm
Primera
edición en francés, Paris 1937. Librerie d'Amerique et d'Oriente
Adrian Maisonneuve.
2En
la portada del libro en la traducción en español, se precisa que
“Henri Pérès, profesor de lengua y literatura árabe en la
Universidad de Algeri y miembro del Instituto de Altos Estudios
Marroquíes de Rabat, publicó en 1937 la primera edición de esta
obra, que revisó y corrigió en 1953.”
3He
comprado en Cádiz los cuatro volúmenes de esta Historia de Dozy,
traducida al español, que me fascinaba mucho. Reinhart P. Dozy:
Historia de los Musulmanes de España. El nombre del
traductor español no se encuentra en el texto. Madrid 1985.
Turner. Desgraciadamente no la he leída todavía por falta de
tiempo.
4Me
refiero sobre todo a una obra de vejez de Goethe, el Diván
occidental y oriental (escrito entre 1814 y 1827) que se inserta
en el nuevo interés de muchos estudiosos alemanes hacia la
literatura oriental, árabe y también persa, aunque no se puede
hablar de auténtica investigación en el sentido moderno. Por lo
que sé, El Andalus se queda fuera de esta atención. La primera
composición de esta obra de Goethe toma el título Egira.
Goethe, muy alejado del exotismo orientalista y pintoresco que
empezó a ponerse de moda en su tiempo, hizo conocer al mundo
occidental la obra poética del persa Hafez, mientras que se
descubría y adoptaba la forma del gazal (después de la traducción
de los poemas de Rumi) por poetas alemanes. Véase, sobre el Diván
de Goethe, el bonito y breve ensayo de Camilla Miglio, “Persia
tedesca, oriente senza esotismi”,
http://www.lerotte.net/download/article/articolo-129.pdf.
Pensando en
Goethe y en las obras de otros alemanes que tenían esta postura de
interés, curiosidad y abertura hacia la humanidad, me resulta casi
inexplicable que gran parte de la cultura de este país haya sido
involucrada en la barbarie del racismo nazi.
5Vittorio
Alfieri, Vita scritta da esso.
Se trata de una autobiografía muy interesante, escrita entre
1790 y 1803. Véase
http://www.classicitaliani.it/alfieri/alfieri_vita_Epoca_3.htm
: es suficiente buscar en este texto la palabra “Andalusia”
(naturalmente en italiano) para descubrir cómo el poeta italiano
del siglo XVIII miraba a España. Se trata de pocas observaciones,
pero interesantes: parece que el noble Alfieri considere Andalucía
y España como una tierra de salvajes fascinantes y de caballos.
6En
la primera parte de su largo poema, Le Grazie, que escribió
mientras que Canova estaba esculpiendo su famosa estatua de las tres
diosas griegas “civilizadoras”
(http://www.google.es/search?q=canova+le+grazie&hl=it&prmd=imvns&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=SfgST4f4N8rO-Qbm36XwAg&ved=0CDEQsAQ&biw=1024&bih=481)
Foscolo, poniéndose casi en competición con el escultor, así se
expresa: “Belle vergini! a voi chieggo l'arcana/Armonïosa melodia
pittrice...”; y poco después: “Sdegno il verso che suona e che
non crea.” El significado de los versos que he mencionado es
este: el poeta considera que la poesía clásica, sobre todo griega,
tiene la capacidad de involucrar los sentidos, de ser sobre todo
“visual” (como la obra del pintor y del escultor) y “táctil”.
El desprecia los versos que proporcionan solo los sonidos de las
palabras, declarándose heredero de una poesía dotada de fuerza
plástica. Su desprecio se endereza a la poesía oriental, que,
como he dicho, no conoce. Véase
http://www.classicitaliani.it/index067.htm
. También
los italianos tenemos poetas que, aunque interesantes y
imprescindibles,
en el difícil intento de buscar una raíz identitaria
para la nación italiana, intentaron poner una muralla entre el
clasicismo griego y latino y otras culturas del Mediterráneo.
7El
discurso de Pérès hace hincapié en la sociedad y en la producción
cultural en el periodo de Taifas, un siglo, el XI, políticamente
muy turbulento, marcado por guerras y masacres, pero, desde un punto
de vista cultural,
floreciente.
Una persona que haya nacido y vivido en Italia no puede dejar de
pensar, por analogía, en la situación política y cultural del
Renacimiento italiano e incluso, al menos en parte, en periodos
anteriores, en la de los Comuni, en que vivió Dante.
El autor, pues, aporta muchos datos y consideraciones sobre el proceso que condujo a la segmentación de Al Andalus en una multitud de estados, a menudo en lucha entre sí, y sobre los acontecimientos que acompañaron a la definitiva decadencia de esta gran cultura, la llegada de los almorávides y en fin el triunfo de la conquista cristiana.
El autor, pues, aporta muchos datos y consideraciones sobre el proceso que condujo a la segmentación de Al Andalus en una multitud de estados, a menudo en lucha entre sí, y sobre los acontecimientos que acompañaron a la definitiva decadencia de esta gran cultura, la llegada de los almorávides y en fin el triunfo de la conquista cristiana.
El recorrido
histórico que ilustra Pérès menciona la crisis del califato de
Córdoba y termina con la llegada de los almorávides. El
historiador localiza las causas del proceso centrífugo que afectó
a Al Andalus en la crisis interna del califato y en los
enfrentamientos entre andalusíes, bereberes, cristianos. Hacia los
bereberes muchos andalusíes árabes tenían una postura de profundo
desprecio, aunque sus líderes, aspirantes al poder, se aliaron a
veces con los cristianos e incluso con los bereberes, para derrotar
a sus rivales y esto debilitó la resistencia a los "invasores"
que vinieron desde el sur y el noreste. En pocas décadas en Al
Andalus surgieron pequeños reinos liderados por Mulūk
at-tawā'if, sobre todo al principio, pertenecientes a dinastías
de distinto origen.
De todos modos,
en el siglo XI, en los reinos de taifas, que duraron hasta el
principio del siglo XII, hubo un extraordinario desarrollo de la
ciencia, el pensamiento y, especialmente, de la poesía.
Mientras tanto, al
proceso de fragmentación se opuso, parcialmente y por algún
tiempo, un proceso de aglutinación por parte de algunos de estos
pequeños estados, sobre todo del reino de Sevilla, en el que
dominaba la dinastía de los Abbasíes, de origen árabe y noble,
que, a lo largo del siglo, absorbió a muchos de sus reinos
cercanos.
De hecho, el reino de Sevilla fue, en su periodo más feliz, aunque breve, el que sobresalió también en mecenazgo, en refinamiento cultural, en florecimiento poético.
De hecho, el reino de Sevilla fue, en su periodo más feliz, aunque breve, el que sobresalió también en mecenazgo, en refinamiento cultural, en florecimiento poético.
La paradoja del
destino humano hizo que el último príncipe de los Abbasíes, Al
Mu'tamid, refinado y poeta él mismo, para defenderse de los
cristianos, junto con otros reyes de Taifas, llamase en auxilio al
sultán de los almorávides, el bereber, Yūsuf Ibn Tāshfīn, que
venció a los cristianos y volvió a África; pero después volvió
de nuevo a Al Andalús, derrotó a los reyes de taifas, mató a los
hijos de Al Mu'tamid, a quien llevó preso a Maghreb, e instauró el
dominio de los almorávides, muy severo y seguramente, en general,
poco amigo de poetas.
8En
esta parte, el autor habla de los canales de difusión de la lengua
árabe en Al Andalus, sobre todo del árabe clásico y culto, según
un método que se fundaba antes que en el Corán, en la lectura y la
memorización de los poetas árabes antiguos.
9Es
este un capítulo muy interesante: habla de la complicada,
contradictoria e intensa relación entre la imagen que de si mismos
querían dar los poetas de Al Andalus y el recuerdo, sin duda
imprescindible, contundente y cargado de nostalgia, que llevaban
consigo de los poetas árabes de épocas anteriores, empezando por
los de la edad pre-islámica.
10En
este capítulo, el autor habla esencialmente de la huella que han
dejado en las composiciones de algunos poetas – los que Pérès
denomina “memorialistas” - los acontecimientos políticos y
bélicos de este tiempo de fitna.
11Es
este un capítulo muy rico, que da testimonio de la pasión de esta
sociedad hacia la arquitectura, los edificios bonitos, lujosos,
alegres y adornados. Entre las ciudades, destacan naturalmente
Córdoba y Sevilla. Pero lo que me llama más la atención son los
versos del poeta I'bn Zaydun sobre el recuerdo de sus paseos en
compañía de la princesa Wallada a través de los jardines de
Madinat az- Zahara. Era esta una bellísima ciudad construida por el
primer califa 'Abd al Rahman III, no lejos de Córdoba; fue
destruida sólo ochenta años después , durante la fitna,
por los bereberes. La de Ibn Zaydun es una elegía llena de
melancolía y la nostalgia del amor lejano y perdido, capaz de de
hacer revivir, con la densidad de elementos sensoriales, por medio
de la imaginación, la hermosa ciudad que el poeta nunca había
conocido intacta. Sobre esta ciudad, que tenía que ser
extraordinaria, compusieron versos distintos poetas. Cuenta Pérès
que Al Mu'tāmid obligó a su hijo a vivir en la ciudad en gran
parte ya destruida, pero que todavía conservaba algunas zonas
llenas de encanto. Un poeta de Almería, Al Sumaysir, escribió al
final del siglo XI unos versos desoladores sobre las ruinas de esta
ciudad, de la que no quedaba nada intacto. ¿Es posible que entre
los versos de estos poetas sobre las ruinas de una ciudad que se
había vuelto mítica y la nāsib de la antigua casida de los
poetas pre-islámicos haya alguna relación?
12Es
casi obvio que el río mas celebrado por los poeta fue el
Guadalquivir que “bañaba dos grandes metrópolis, Córdoba y
Sevilla, y que, en la parte inferior de su curso, tenía la anchura
de un brazo de mar donde se hacían sentir flujo y reflujo,
permitiendo a los navíos remontar su curso hasta la capital 'Abbādí
por los menos”. (H.Pérès. ob. cit., p. 212.
13Si
los ríos y también los espejos de aguas estancadas forman parte de
escenarios en que surgen pensamientos de amor o deseo por algo que
ha desaparecido, el mar se deja sentir sobre todo por poetas y
escritores de Al Andalus como campo de batalla, como mundo bien
distinto de el de la tierra, lleno de peligros. Destacan a la vez
los barcos y las naves, más que el mar en sí mismo, en los
escritos de aquel tiempo.
14Seguramente
sobre el tema tratado en este capítulo hay hoy la mayor
discrepancia entre arabistas de diferentes posiciones. El nudo está,
como se sabe, en la persistencia y consistencia de una cultura
cristiana-católica y además de raíz latina durante los ocho
siglos de Al Andalus . Me gusta citar a este propósito un libro
que me ha llegado a las manos estos días, del gran historiador y
arabista que participó recientemente en un congreso en nuestra
universidad: Significado y Simbolo´de Al-Andalus de Pedro
Martínez Montávez. CantArabia; Fundación Ibn Tufayl de Estudios
Árabes. 2011. Se trata de una recopilación de ensayos de los
cuales he podido, hasta ahora, en estas semanas de preparación para
los exámenes, leer solo unas pocas páginas que me han parecido
fascinantes. Naturalmente no puedo, también por falta de
conocimientos adecuados, entrar en la discusión sobre la cuestión
de la “identidad española” y de sus raíces étnicas,
políticas, culturales y religiosas. De todos modos, de esta parte
del libro de Pérès, me ha interesado particularmente el capítulo
sobre los judíos: se narra la “aventura“ trágica del judío
José, en el reino de Granada, que fue sospechoso, desde el punto de
vista principalmente de los bereberes, de aspirar al poder. Esta
historia terminó en un pogrom, que se extendió a otras
áreas y causó alrededor de 3.000 muertos. Hay también escritos
bereberes que culpan a los judíos de exceso de riqueza y de lujo
etc. Me pregunto sí Pérès, que publicó su libro en 1937, en los
años en que el antisemitismo llegó a su apogeo en Alemania, Italia
e incluso en Francia, estuvo influenciado en la elección de los
textos sobre los judíos de Al Andalus, por el clima de prejuicio
que dominaba Europa.
15Este
tema es complementario a l que sigue sobre la mujer y sobre todo el
amor casto e idealizado. Los principales placeres, sobre todo en la
clase alta, consistían en los amores, en el sexo, en el vino, en
la fruición de la música y de los bailes. Pérès habla de una
escuela para la formación de las cantoras y bailarinas andalusíes,
que eran esclavas; el “empresario” de esta escuela prometía
hacer de una niña ignorante una mujer llena de sabiduría,
conocedora de poesía, de música, de astronomía, de matemática,
cantora, bailarina etc. Una esclava educada así tenía un valor,
incluso venal, muy alto.
16La
mujer, segundo Pérès, ocupa un papel central en la sociedad de Al
Andalus. Había mujeres de la alta sociedad muy libres, como la
princesa Wallada, que, después de la muerte de su padre, califa en
la fitna, abrió en su palacio una especie de salón cultural
donde recibía altas personalidades y hombres cultos. Rechazaba el
velo y tenía una conversación muy libre con los visitantes de su
salón. Además, había esclavas y libertas capaces de montar un
caballo de raza y que a menudo llevaban el pelo corto y fueron
objeto de cantos poéticos. Finalmente, existía la mujer objeto de
amor casto e intelectual: el amor udrí del mito de célebres
parejas de amantes – Majnum y Leyla antes todo - llegó a los
poetas de Al Andalus, que lo modelaron en relación a su contexto
de vida y a su sensibilidad refinada. Además, empezó a surgir la
imagen de la mujer rubia, con la piel y los ojos claros. Han llegado
hasta nosotros además muchos fragmentos de poemas escritos por
mujeres.
17El
hombre de la alta sociedad abarca en su personalidad aspectos que
hoy nos parecen contradictorios. Ibn al-Abbār enumera las diez
cualidades que distinguen al hombre noble y cortés: hay las
cualidades que conciernen a las relaciones interpersonales
(generosidad...), las que conciernen a la guerra, las que conciernen
al cuerpo y la belleza, las que se refieren a la capacidad
intelectual y creativa (sobre todo el saber componer versos). Había,
de hecho, en la personalidad del hombre noble una mezcla de cortesía
(zarf) y de crueldad. Al-Mu'tamid, que von Schack, en su obra
bonita y muy divulgativa, ha descrito como un príncipe infeliz,
poeta, totalmente opuesto por carácter y por costumbres a su padre,
Al-Mu'tadid, en estas páginas de Pérès, en base a testimonios de
su contemporáneos, nos aparece sin duda como un poeta de nivel
notable, capaz de cantar con intensidad y distinción líricas sus
propias experiencias, pero también como hombre a la vez muy cruel.
Pérès habla de influencia bereber en esta tendencia a la crueldad.
De verdad me parece que la crueldad era en la Edad Media (y quizá,
no solo en la Edad Media) algo bastante universal. Desde el 1200, en
los primeros relatos de la literatura italiana, todavía recién
nacida, se habla de señores, como Ezzelino da Romano,
particularmente feroces (sobre este señor de Treviso, aliado del
emperador Federico II, es posible que hayan florecido leyendas por
parte güelfa, que amplificaban los cuentos de su crueldad). Además,
Dante, después de décadas, toma descripciones e imágenes de
tormentos a los que los condenados en “su” infierno están
sujetos, de los castigos reales que se infligían en su tiempo a los
infractores de las leyes y de la moral.
se
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