"...subito comprai due cavalli, di cui uno d'Andalusia della razza dei certosini di Xerez, stupendo animale, castagno d'oro; l'altro un hacha cordovese, più piccolo, ma eccellente, e spiritosissimo."

(Vittorio Alfieri, La Vita scritta da esso - 1790, 1803)

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Naturalmente nessuna analogia fra me e Vittorio Alfieri. Riporto le sue parole perché mi sarebbe piaciuto vivere in Andalusia quando ci venne lui.

sabato 30 giugno 2012

PASEO, INCLUSO UN POCO ARBITRARIO, ENTRE LITERATURAS N.2 <> UN LIBRO INTERESANTE SOBRE AL-ANDALUS


Sumario

1.Pérès y la fascinación que ejerció la España árabe sobre algunos escritores e investigadores europeos de los últimos siglos
2.Las características generales de esta obra
3.La estructura de la obra, con notas sobre algunos de los contenidos de los capítulos, que he elegido según mi gusto, seguramente no sobre la base de criterios objetivos (pues, las notas de este mi escrito, desde la n.7 en adelante, se deben considerar ampliaciones de la exposición de los contenidos esenciales de la obra de Pérès)
4.Conclusión del autor del libro

1. Henri Pérès y la fascinación que el vago recuerdo de España y la poesía árabe ejercieron sobre algunos intelectuales y escritores del pasado

El libro Esplendor de Al Andalus1, escrito en 1937 por el historiador y arabista francés Henri Pérès2, es un vivo testimonio del interés y de la fascinación que desde hace tiempo las imágenes de poesía árabe y de la España islámica empezaron a ejercer sobre investigadores e intelectuales europeos, no españoles, entre el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.

Me tomo la libertad de citar en este sentido a los pocos autores que he conocido a través del tiempo.
Quizás, uno de los precursores de este interés por parte de estudiosos europeos fue el alemán Friedric Von Schack (me atrevo a proponer esta hipótesis, pero no estoy segura de todo lo que digo porque, naturalmente, no conozco suficientemente la literatura crítica e historiográfica al respecto), que se quedó aquí. La belleza de Andalucía y el aura que rodeaba su pasado ya lejano se apoderaron del intelectual alemán, que en la segunda mitad del siglo XIX recogió y tradujo varios poemas de los poetas de Al Andalus. Von Schack hace continuamente referencia a Reinhart P. Dozy, historiador holandés y orientalista del siglo XIX, nacido en una familia francesa. Dozy, escribió su primera gran obra de los musulmanes de España (primera edicción, 1871)3
Retrocediendo en el tiempo, se encuentra la genialidad de Johann Wolfgang von Goethe4: su interés por el otro, en sentido universal, había abierto una puerta a los primeros descubrimientos de la cultura oriental.
Al contrario que él, el gran escritor y poeta italiano Vittorio Alfieri, de familia de antigua nobleza, clasicista, escritor de tragedias, de espíritu rebelde, que viajó a Andalucía5 en las últimas décadas del siglo XVII, no tuvo la más mínima sospecha de la gran civilización que se había desarrollado en esta tierra a lo largo de siglos por obra de los árabes y de los pueblos de “otra orilla”. En fin, Ugo Foscolo, el poeta italiano del principio del siglo XIX, que había intentado poner la identidad de una futura “nación italiana” en el patrimonio cultural de los clásicos griegos y latinos, ostentaba desprecio hacia la “literatura oriental”, de la cual sin duda no sabía casi nada6
Pues, se trata de una “identidad estética”, que este poeta (y no solo él) carga de significados éticos, políticos etc..

2.
Las características generales de la obra

El libro de Pérès proporciona un amplio, complejo y multifacético panorama de la vida en al Andalus, atraviesa los acontecimientos de la historia política, de los círculos intelectuales, de los mil y un aspectos de la naturaleza de la España musulmana, de los grandes edificios que han llegado hasta nosotros o que fueron destruidos por la larga fitna, dejando huellas profundas en la memoria de los que los habían conocido y habitado. Al margen del discurso se quedan algunas consideraciones sobre la “poesía de origen popular”.

En el Prólogo, el autor pone de relieve la novedad de su obra en relación a la tradición historiográfica española y europea: “ El movimiento literario de la España musulmana del siglo XI no ha sido objeto, hasta el presente, más que de monografías de detalle o de bosquejos general, ocupando un escaso lugar dentro del marco de la literatura árabe que va desde la conquista hasta la caída de Granada” (ob.cit., p. 9).
El historiador declara además que se ocupará del florecimiento literario y cultural que tuvo lugar sobre todo en el atormentado período de Taifas, en el siglo XI, y en parte fue apagado por la llegada de los severos almorávides.

Aparecen en este libro grandes personalidades: entre todos, señalo a 'Ibn Arābi, poeta sufi, que anteponía, en la educación de los jóvenes, la lectura y la enseñanza de la poesía árabe antes que la de otras ciencias y hasta del Corán; 'Ibn Hazm, que, además de proporcionar la primera teoría europea del amor cortés e incluso de la pasión, en sus escritos nos ofrece imágenes muy intensas y variadas de la vida y de las relaciones humanas en Al Andalus; el principe Al Mu'tamid, cruel, desdichado y poeta, cuyo versos fijan en un recorrido ejemplar el camino de la alegría, de tristeza, de dolor y de desesperación. Y muchos otros.

Sin embargo, Pérès ha organizado los materiales de su gran obra, incluso las numerosas traducciones de versos de poetas de al Andalus que inserta en su discurso, en torno a ejes temáticos, cuyo conjunto nos proporciona una descripción rica, colorida, compleja y apasionante de Al Andalus en un determinado periodo histórico. Por eso, sería inútil buscar en Esplendor de Al Andalus la reconstrucción y la interpretación de la historia intelectual y de la obra de poetas y escritores considerados individualmente. Las citas que el autor saca de sus escritos, sobre todo poéticos, y de los episodios de sus vidas, son útiles para construir el gran mosaico de la España árabe en la época de taifas: por eso se utilizan principalmente como fuentes históricas, aunque no faltan la alusión al valor expresivo de algunos versos. Es, sin duda, muy fascinante esta reconstrucción de Al Andalus del siglo XI mediante las palabras de los poetas que vivieron en ese contexto.
Sin embargo, si se quiere profundizar en la comprensión de autores específicos de la España islámica, es necesario recurrir a otras obras.

3. La estructura de la obra
Me parece que la presentación del índice es la mejor ilustración de los contenidos esenciales de esta obra tan compleja.

Los dos capítulos de la Introducción proporcionan un recorrido histórico, entre la crisis definitiva del Califato de Córdoba y la llegada de los almorávides, en el que ocupan un papel importante las luchas fundadas en el origen “étnico” de los clanes de poderosos y, naturalmente, en la adhesión a religiones distintas7.

Sigue una primera parte, que trata sobre todo de la identidad del intelectual de Al Andalus, está formada por cinco capítulos: 1. Método de difusión de la lengua árabe en la España musulmana8; 2. Materias y obras estudiadas en el siglo XI; 3. Oriente y Occidente9; 4. La poesía y el poeta cortesano; 5. Temas proporcionados a los poetas por la vida cortesana; 6. El poeta memorialista10.
La Segunda parte de la obra de Pérès está dedicada a los temas inspirados por la naturaleza y los paisajes que aparecen en las composiciones de los poetas de Al Andalus del XI siglo y consta de dos grupos de capítulos. El primer grupo trata de los temas predilectos por los poetas: 1. Ciudades y lugares de recreo11; 2. Valles y montañas; 3. Los jardines y los huertos; 4. Aguas estancadas y aguas corrientes12; 5. El mar y los barcos13. El segundo grupo abarca los temas secundarios: 1. El cielo y los fenómenos atmosféricos; 2. Los animales.

La Tercera parte del libro de Pérès trata de “Documentos subministrados por la poesía hispánica sobre la vida social” y abarca ocho capítulos: 1. El mundo étnico14; 2. La vida económica; 3. La vida privada; 4. El marco de la vida lujosa; 5. Los baños; 6. Los Juegos y los deportes; 7. La vida guerrera; 8. La vida de placer15.

La cuarta y última parte del libro, que lleva el título sugestivo, “La vida interior” abarca dos capítulos: 1. La mujer y el amor16; 2. El hombre, psicología, filosofía17.

4. Conclusión del obra

En la conclusión, el autor retoma “hilos” de su obra, profundiza en el tema de la crueldad propia de una larga época de fitna, vuelve a la reflexión sobre el posible origen étnico de ciertas actitudes de los hombres, sobre la relación entre bereberes e hispanos-musulmanes.

La parte más interesante de esta conclusión me parece que es el reconocimiento de una continuidad, aunque en la diferencia entre contextos y actitudes, de la tradición poética árabe. Los antiguos autores de Oriente son para los andalusíes “clásicos” de los cuales no se puede prescindir.

Leemos, sobre este tema, un intenso pasaje de esta parte final del libro:

Para ceñir la realidad más de cerca, creemos poder decir que el hispano-musulmán del siglo XI, en su poesía, se nos presenta con una curiosa mezcla de antiguo y moderno, de clásico y de romántico, de voluptuoso y místico. La primera de estas dos tendencias se debe a su cultura profunda y exclusivamente árabe. Ante el espectáculo que se presenta a sus ojos y ante el impulso de reacciones internas, su alma sensible no llega a desembarazarse completamente ni de de los pasajes entrevistos a través de los poetas antiguos ni de las emociones sentidas con la lectura de la obras maestras del pasado. La memoria ejerce sobra él un poder tiránico; incluso ante un espectáculo nuevo, incluso, incluso bajo el impulso de una emoción personal, se acuerda de lo que ha leído.

(H.P., ob.cit. p. 475)

Bibliografía


Henrí Pérès: Esplendor de al Andalus. Trad. de Mercedes García Arenal. Hiperión; Madrid 1983. Primera edición en francés, Paris 1937. Librerie d'Amerique et d'Oriente Adrian Maisonneuve

Reinhart P. Dozy: Historia de los Musulmanes de España. Madrid 1985. Turner.
Friedrich von Schack, Poesia y arte de los árabes en España y Sicilia. Traducción de don Juan Valera. Madrid 1988. Hiperión. Primera edición en alemán 1867 (no conozco la editorial)

Ma Jesús Hubieran Mata: Historia de la literatura árabe clásica. Alicante 1999. Publicaciones de la Universidad de Alicante.

Francesco Gabrieli: Letteratura araba. Firenze 1967. Edizioni Accademia-Sansoni.
Daniela Amaldi: Storia della letteratura araba classica. Bologna 2004. Zanichelli editore.

Pedro Martínez Montávez: Significado y Símbolo de Al-Andalus. CantArabia; Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes; 2011.

Johann Wolfgang von Goethe: Il Divano occidentale e orientale (1819), a cura di Koch L.; Porena I.; Borio F.; Milano 1997. Rizzoli.
Vittorio Alfieri: Vita scritta da esso. http://www.classicitaliani.it/index094.htm

Ugo Foscolo:
Le Grazie (1812). Véase http://www.classicitaliani.it/index067.htm
1 Henrí Pérès: Esplendor de al Andalus. Trad. de Mercedes García Arenal. Hiperión; Madrid 1983.
Primera edición en francés, Paris 1937. Librerie d'Amerique et d'Oriente Adrian Maisonneuve.
2En la portada del libro en la traducción en español, se precisa que “Henri Pérès, profesor de lengua y literatura árabe en la Universidad de Algeri y miembro del Instituto de Altos Estudios Marroquíes de Rabat, publicó en 1937 la primera edición de esta obra, que revisó y corrigió en 1953.”
3He comprado en Cádiz los cuatro volúmenes de esta Historia de Dozy, traducida al español, que me fascinaba mucho. Reinhart P. Dozy: Historia de los Musulmanes de España. El nombre del traductor español no se encuentra en el texto. Madrid 1985. Turner. Desgraciadamente no la he leída todavía por falta de tiempo.
4Me refiero sobre todo a una obra de vejez de Goethe, el Diván occidental y oriental (escrito entre 1814 y 1827) que se inserta en el nuevo interés de muchos estudiosos alemanes hacia la literatura oriental, árabe y también persa, aunque no se puede hablar de auténtica investigación en el sentido moderno. Por lo que sé, El Andalus se queda fuera de esta atención. La primera composición de esta obra de Goethe toma el título Egira. Goethe, muy alejado del exotismo orientalista y pintoresco que empezó a ponerse de moda en su tiempo, hizo conocer al mundo occidental la obra poética del persa Hafez, mientras que se descubría y adoptaba la forma del gazal (después de la traducción de los poemas de Rumi) por poetas alemanes. Véase, sobre el Diván de Goethe, el bonito y breve ensayo de Camilla Miglio, “Persia tedesca, oriente senza esotismi”, http://www.lerotte.net/download/article/articolo-129.pdf.
Pensando en Goethe y en las obras de otros alemanes que tenían esta postura de interés, curiosidad y abertura hacia la humanidad, me resulta casi inexplicable que gran parte de la cultura de este país haya sido involucrada en la barbarie del racismo nazi.
5Vittorio Alfieri, Vita scritta da esso. Se trata de una autobiografía muy interesante, escrita entre 1790 y 1803. Véase http://www.classicitaliani.it/alfieri/alfieri_vita_Epoca_3.htm : es suficiente buscar en este texto la palabra “Andalusia” (naturalmente en italiano) para descubrir cómo el poeta italiano del siglo XVIII miraba a España. Se trata de pocas observaciones, pero interesantes: parece que el noble Alfieri considere Andalucía y España como una tierra de salvajes fascinantes y de caballos.
6En la primera parte de su largo poema, Le Grazie, que escribió mientras que Canova estaba esculpiendo su famosa estatua de las tres diosas griegas “civilizadoras” (http://www.google.es/search?q=canova+le+grazie&hl=it&prmd=imvns&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=SfgST4f4N8rO-Qbm36XwAg&ved=0CDEQsAQ&biw=1024&bih=481) Foscolo, poniéndose casi en competición con el escultor, así se expresa: “Belle vergini! a voi chieggo l'arcana/Armonïosa melodia pittrice...”; y poco después: “Sdegno il verso che suona e che non crea.” El significado de los versos que he mencionado es este: el poeta considera que la poesía clásica, sobre todo griega, tiene la capacidad de involucrar los sentidos, de ser sobre todo “visual” (como la obra del pintor y del escultor) y “táctil”. El desprecia los versos que proporcionan solo los sonidos de las palabras, declarándose heredero de una poesía dotada de fuerza plástica. Su desprecio se endereza a la poesía oriental, que, como he dicho, no conoce. Véase http://www.classicitaliani.it/index067.htm . También los italianos tenemos poetas que, aunque interesantes y imprescindibles, en el difícil intento de buscar una raíz identitaria para la nación italiana, intentaron poner una muralla entre el clasicismo griego y latino y otras culturas del Mediterráneo.
7El discurso de Pérès hace hincapié en la sociedad y en la producción cultural en el periodo de Taifas, un siglo, el XI, políticamente muy turbulento, marcado por guerras y masacres, pero, desde un punto de vista cultural,
floreciente. Una persona que haya nacido y vivido en Italia no puede dejar de pensar, por analogía, en la situación política y cultural del Renacimiento italiano e incluso, al menos en parte, en periodos anteriores, en la de los Comuni, en que vivió Dante.
El autor, pues, aporta muchos datos y consideraciones sobre el proceso que condujo a la segmentación de Al Andalus en una multitud de estados, a menudo en lucha entre sí, y sobre los acontecimientos que acompañaron a la definitiva decadencia de esta gran cultura, la llegada de los almorávides y en fin el triunfo de la conquista cristiana.
El recorrido histórico que ilustra Pérès menciona la crisis del califato de Córdoba y termina con la llegada de los almorávides. El historiador localiza las causas del proceso centrífugo que afectó a Al Andalus en la crisis interna del califato y en los enfrentamientos entre andalusíes, bereberes, cristianos. Hacia los bereberes muchos andalusíes árabes tenían una postura de profundo desprecio, aunque sus líderes, aspirantes al poder, se aliaron a veces con los cristianos e incluso con los bereberes, para derrotar a sus rivales y esto debilitó la resistencia a los "invasores" que vinieron desde el sur y el noreste. En pocas décadas en Al Andalus surgieron pequeños reinos liderados por Mulūk at-tawā'if, sobre todo al principio, pertenecientes a dinastías de distinto origen.
De todos modos, en el siglo XI, en los reinos de taifas, que duraron hasta el principio del siglo XII, hubo un extraordinario desarrollo de la ciencia, el pensamiento y, especialmente, de la poesía.
Mientras tanto, al proceso de fragmentación se opuso, parcialmente y por algún tiempo, un proceso de aglutinación por parte de algunos de estos pequeños estados, sobre todo del reino de Sevilla, en el que dominaba la dinastía de los Abbasíes, de origen árabe y noble, que, a lo largo del siglo, absorbió a muchos de sus reinos cercanos.
De hecho, el reino de Sevilla fue, en su periodo más feliz, aunque breve, el que sobresalió también en mecenazgo, en refinamiento cultural, en florecimiento poético.
La paradoja del destino humano hizo que el último príncipe de los Abbasíes, Al Mu'tamid, refinado y poeta él mismo, para defenderse de los cristianos, junto con otros reyes de Taifas, llamase en auxilio al sultán de los almorávides, el bereber, Yūsuf Ibn Tāshfīn, que venció a los cristianos y volvió a África; pero después volvió de nuevo a Al Andalús, derrotó a los reyes de taifas, mató a los hijos de Al Mu'tamid, a quien llevó preso a Maghreb, e instauró el dominio de los almorávides, muy severo y seguramente, en general, poco amigo de poetas.
8En esta parte, el autor habla de los canales de difusión de la lengua árabe en Al Andalus, sobre todo del árabe clásico y culto, según un método que se fundaba antes que en el Corán, en la lectura y la memorización de los poetas árabes antiguos.
9Es este un capítulo muy interesante: habla de la complicada, contradictoria e intensa relación entre la imagen que de si mismos querían dar los poetas de Al Andalus y el recuerdo, sin duda imprescindible, contundente y cargado de nostalgia, que llevaban consigo de los poetas árabes de épocas anteriores, empezando por los de la edad pre-islámica.
10En este capítulo, el autor habla esencialmente de la huella que han dejado en las composiciones de algunos poetas – los que Pérès denomina “memorialistas” - los acontecimientos políticos y bélicos de este tiempo de fitna.
11Es este un capítulo muy rico, que da testimonio de la pasión de esta sociedad hacia la arquitectura, los edificios bonitos, lujosos, alegres y adornados. Entre las ciudades, destacan naturalmente Córdoba y Sevilla. Pero lo que me llama más la atención son los versos del poeta I'bn Zaydun sobre el recuerdo de sus paseos en compañía de la princesa Wallada a través de los jardines de Madinat az- Zahara. Era esta una bellísima ciudad construida por el primer califa 'Abd al Rahman III, no lejos de Córdoba; fue destruida sólo ochenta años después , durante la fitna, por los bereberes. La de Ibn Zaydun es una elegía llena de melancolía y la nostalgia del amor lejano y perdido, capaz de de hacer revivir, con la densidad de elementos sensoriales, por medio de la imaginación, la hermosa ciudad que el poeta nunca había conocido intacta. Sobre esta ciudad, que tenía que ser extraordinaria, compusieron versos distintos poetas. Cuenta Pérès que Al Mu'tāmid obligó a su hijo a vivir en la ciudad en gran parte ya destruida, pero que todavía conservaba algunas zonas llenas de encanto. Un poeta de Almería, Al Sumaysir, escribió al final del siglo XI unos versos desoladores sobre las ruinas de esta ciudad, de la que no quedaba nada intacto. ¿Es posible que entre los versos de estos poetas sobre las ruinas de una ciudad que se había vuelto mítica y la nāsib de la antigua casida de los poetas pre-islámicos haya alguna relación?
12Es casi obvio que el río mas celebrado por los poeta fue el Guadalquivir que “bañaba dos grandes metrópolis, Córdoba y Sevilla, y que, en la parte inferior de su curso, tenía la anchura de un brazo de mar donde se hacían sentir flujo y reflujo, permitiendo a los navíos remontar su curso hasta la capital 'Abbādí por los menos”. (H.Pérès. ob. cit., p. 212.
13Si los ríos y también los espejos de aguas estancadas forman parte de escenarios en que surgen pensamientos de amor o deseo por algo que ha desaparecido, el mar se deja sentir sobre todo por poetas y escritores de Al Andalus como campo de batalla, como mundo bien distinto de el de la tierra, lleno de peligros. Destacan a la vez los barcos y las naves, más que el mar en sí mismo, en los escritos de aquel tiempo.
14Seguramente sobre el tema tratado en este capítulo hay hoy la mayor discrepancia entre arabistas de diferentes posiciones. El nudo está, como se sabe, en la persistencia y consistencia de una cultura cristiana-católica y además de raíz latina durante los ocho siglos de Al Andalus . Me gusta citar a este propósito un libro que me ha llegado a las manos estos días, del gran historiador y arabista que participó recientemente en un congreso en nuestra universidad: Significado y Simbolo´de Al-Andalus de Pedro Martínez Montávez. CantArabia; Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes. 2011. Se trata de una recopilación de ensayos de los cuales he podido, hasta ahora, en estas semanas de preparación para los exámenes, leer solo unas pocas páginas que me han parecido fascinantes. Naturalmente no puedo, también por falta de conocimientos adecuados, entrar en la discusión sobre la cuestión de la “identidad española” y de sus raíces étnicas, políticas, culturales y religiosas. De todos modos, de esta parte del libro de Pérès, me ha interesado particularmente el capítulo sobre los judíos: se narra la “aventura“ trágica del judío José, en el reino de Granada, que fue sospechoso, desde el punto de vista principalmente de los bereberes, de aspirar al poder. Esta historia terminó en un pogrom, que se extendió a otras áreas y causó alrededor de 3.000 muertos. Hay también escritos bereberes que culpan a los judíos de exceso de riqueza y de lujo etc. Me pregunto sí Pérès, que publicó su libro en 1937, en los años en que el antisemitismo llegó a su apogeo en Alemania, Italia e incluso en Francia, estuvo influenciado en la elección de los textos sobre los judíos de Al Andalus, por el clima de prejuicio que dominaba Europa.
15Este tema es complementario a l que sigue sobre la mujer y sobre todo el amor casto e idealizado. Los principales placeres, sobre todo en la clase alta, consistían en los amores, en el sexo, en el vino, en la fruición de la música y de los bailes. Pérès habla de una escuela para la formación de las cantoras y bailarinas andalusíes, que eran esclavas; el “empresario” de esta escuela prometía hacer de una niña ignorante una mujer llena de sabiduría, conocedora de poesía, de música, de astronomía, de matemática, cantora, bailarina etc. Una esclava educada así tenía un valor, incluso venal, muy alto.
16La mujer, segundo Pérès, ocupa un papel central en la sociedad de Al Andalus. Había mujeres de la alta sociedad muy libres, como la princesa Wallada, que, después de la muerte de su padre, califa en la fitna, abrió en su palacio una especie de salón cultural donde recibía altas personalidades y hombres cultos. Rechazaba el velo y tenía una conversación muy libre con los visitantes de su salón. Además, había esclavas y libertas capaces de montar un caballo de raza y que a menudo llevaban el pelo corto y fueron objeto de cantos poéticos. Finalmente, existía la mujer objeto de amor casto e intelectual: el amor udrí del mito de célebres parejas de amantes – Majnum y Leyla antes todo - llegó a los poetas de Al Andalus, que lo modelaron en relación a su contexto de vida y a su sensibilidad refinada. Además, empezó a surgir la imagen de la mujer rubia, con la piel y los ojos claros. Han llegado hasta nosotros además muchos fragmentos de poemas escritos por mujeres.
17El hombre de la alta sociedad abarca en su personalidad aspectos que hoy nos parecen contradictorios. Ibn al-Abbār enumera las diez cualidades que distinguen al hombre noble y cortés: hay las cualidades que conciernen a las relaciones interpersonales (generosidad...), las que conciernen a la guerra, las que conciernen al cuerpo y la belleza, las que se refieren a la capacidad intelectual y creativa (sobre todo el saber componer versos). Había, de hecho, en la personalidad del hombre noble una mezcla de cortesía (zarf) y de crueldad. Al-Mu'tamid, que von Schack, en su obra bonita y muy divulgativa, ha descrito como un príncipe infeliz, poeta, totalmente opuesto por carácter y por costumbres a su padre, Al-Mu'tadid, en estas páginas de Pérès, en base a testimonios de su contemporáneos, nos aparece sin duda como un poeta de nivel notable, capaz de cantar con intensidad y distinción líricas sus propias experiencias, pero también como hombre a la vez muy cruel. Pérès habla de influencia bereber en esta tendencia a la crueldad. De verdad me parece que la crueldad era en la Edad Media (y quizá, no solo en la Edad Media) algo bastante universal. Desde el 1200, en los primeros relatos de la literatura italiana, todavía recién nacida, se habla de señores, como Ezzelino da Romano, particularmente feroces (sobre este señor de Treviso, aliado del emperador Federico II, es posible que hayan florecido leyendas por parte güelfa, que amplificaban los cuentos de su crueldad). Además, Dante, después de décadas, toma descripciones e imágenes de tormentos a los que los condenados en “su” infierno están sujetos, de los castigos reales que se infligían en su tiempo a los infractores de las leyes y de la moral.
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